Es de madrugada, el suelo está helado y una fina capa de hielo se adhiere a los andamios. El equipo está abrigado, pero los guantes de alguien ya están húmedos de quitar la nieve. No es un comienzo inusual del día en la construcción en climas fríos, y es un recordatorio de que el invierno es algo más que un inconveniente. Es una estación que exige respeto, preparación y seguridad proactiva.
Los proyectos de construcción no se detienen por el frío, pero los riesgos de condiciones meteorológicas adversas aumentan drásticamente cuando bajan las temperaturas. Desde la hipotermia hasta los fallos mecánicos, los retos de trabajar en invierno requieren algo más que ropa de abrigo: exigen planificación, concienciación y procedimientos de seguridad claros. He aquí cómo las empresas y las cuadrillas pueden mantenerse seguras, productivas y resistentes cuando llega el invierno.
La exposición prolongada a bajas temperaturas -especialmente con viento y humedad- puede provocar rápidamente hipotermia y congelación, una afección potencialmente mortal. Incluso el frío leve se vuelve peligroso cuando la ropa está mojada o los trabajadores de la construcción están expuestos durante periodos prolongados. Los síntomas incluyen confusión, escalofríos incontrolables, dificultad para hablar y pérdida de coordinación. Estas señales no deben ignorarse nunca.
La congelación es otro problema grave que suele afectar a extremidades como los dedos de las manos y los pies, las orejas y la nariz. Los primeros síntomas son entumecimiento, hormigueo y piel pálida o cerosa. Si no se trata, la congelación puede causar daños permanentes en los tejidos.
La nieve y el hielo hacen que las superficies de trabajo sean resbaladizas e inestables. Escaleras, andamios, pasarelas y escalones de vehículos pueden volverse peligrosos sin un tratamiento regular. Un pequeño resbalón en el hielo puede provocar lesiones graves, o incluso peores, si se produce en altura.
El frío puede ralentizar los tiempos de reacción, reducir la fuerza de agarre y aumentar la fatiga. Las articulaciones rígidas y las capas de ropa pesada también reducen la destreza, lo que dificulta el manejo del equipo o la navegación segura por la obra. Cuando aumenta el esfuerzo físico, aumentan también las probabilidades de sufrir lesiones.
El tiempo puede cambiar rápidamente durante el invierno. Una mañana seca y fría puede convertirse en una tarde de aguanieve o viento fuerte. Las empresas deben vigilar las previsiones meteorológicas a lo largo del día y ajustar los planes de trabajo en consecuencia: retrasar las tareas, trasladar las operaciones al interior o interrumpirlas por completo si las condiciones se vuelven inseguras.
Todos los trabajadores deben recibir formación para reconocer los síntomas de las enfermedades relacionadas con el estrés por frío y saber cómo actuar. Las instrucciones claras sobre cómo vestirse, mantenerse seco y hacer pausas regulares para entrar en calor deben formar parte de las instrucciones de seguridad de cada centro. Y lo que es más importante, cree una cultura en la que los trabajadores se sientan seguros informando de los síntomas o controlando a sus compañeros.
Es fundamental llevar ropa de invierno adecuada. Anime a los trabajadores a llevarla:
El objetivo es mantenerse caliente y seco, no sólo abrigado.
Las pausas cortas y frecuentes en un espacio caldeado son más eficaces que pocas pausas largas. Proporcione estaciones de calentamiento, remolques o refugios donde los trabajadores puedan reponerse y mantenerse alerta. Los espacios cálidos no son sólo una comodidad: son una parte fundamental de la planificación de la seguridad en climas fríos.
Antes de cada turno, busque y limpie de nieve y hielo los pasillos, escaleras y plataformas de trabajo. Utilice sal, arena u otros materiales para mejorar la tracción. Vuelva a comprobar las superficies a lo largo del día, especialmente durante las nevadas activas o los ciclos de deshielo y congelación.
El frío puede paralizar o dañar la maquinaria. Para evitar retrasos o averías:
Con la reducción de las horas de luz, la buena visibilidad se convierte en un problema de seguridad en la construcción. Asegúrese de que todas las zonas, especialmente las elevadas o con mucho tráfico, estén bien iluminadas. Todos los trabajadores deben llevar ropa de alta visibilidad para garantizar que se les ve, incluso en condiciones de poca luz o nieve.
El frío introduce muchas limitaciones, pero con la mentalidad y la planificación adecuadas, también puede ofrecer oportunidades para mejorar la programación y la gestión del trabajo.
En lugar de hacer frente a las condiciones meteorológicas invernales con un planteamiento único, los equipos pueden adaptar sus rutinas a la realidad de la estación. Eso significa empezar a trabajar en el exterior a primera hora del día, cuando las temperaturas suelen ser más suaves. Significa desplazar las tareas delicadas -como el hormigonado, la pintura exterior o la colocación de tejados- a las ventanas de previsión más cálidas y secas. Y significa planificar las tareas de interior o cubiertas para las horas más frías, a fin de mantener la productividad del personal sin forzar sus límites. Estos ajustes forman parte de una estrategia proactiva de gestión de riesgos meteorológicos que ayuda a minimizar los retrasos, salvaguardar el bienestar del personal y mantener los proyectos en marcha a pesar de los desafíos estacionales.
Este tipo de programación, que tiene en cuenta las condiciones meteorológicas, no sólo mejora la comodidad, sino que reduce los tiempos de inactividad, evita errores costosos y mantiene a las personas más seguras. Se trata de trabajar con la estación, no de fingir que todo sigue igual. Y cuando los trabajadores ven que la dirección piensa en el futuro y adapta el plan para garantizar la seguridad y el éxito, se genera confianza y motivación en todo el equipo.
Un horario de invierno bien planificado puede ayudar:
En resumen, la inversión en planificación invernal se amortiza por sí sola: mejores resultados, equipos más fuertes y un lugar de trabajo más seguro y eficiente.
El frío no es sólo un obstáculo, es un factor que debe tenerse en cuenta desde el principio. Tratar los meses más fríos como un socio en su planificación, en lugar de un oponente, pone a su equipo en control de las inclemencias del tiempo, no a su merced.
Los mejores equipos de construcción invernal no son los que "aguantan", sino los que se preparan, se adaptan y se mantienen alerta. La seguridad no es un obstáculo para realizar el trabajo, sino una estrategia que favorece la calidad, el progreso y el bienestar del equipo desde el primer día.
Cuando llegue el invierno, no se limite a reaccionar. Planifíquelo, trabaje con él y aprovéchelo como una oportunidad para mostrar a su equipo y a sus clientes cómo es un sitio web cuidado y bien gestionado, incluso cuando baja el termómetro.
Publicado:
23 de abril de 2025